lunes, 2 de noviembre de 2009

El cine español se queda huérfano


Hoy es un día triste para el cine. Acaba de fallecer José Luis López Vázquez. Para muchos la pequeña figura de este actor, dibujante y figurista madrileño solo será el de aquel españolito medio que perseguía a las guapas "alemaanas", tal y como característicamente pronunciaba. Cierto que fue una de las caras más conocidas de la época del destape, ya que al fin y al cabo no se podía hacer otra cosa en aquella renqueante España donde difícilmente se podía hablar de los problemas políticos o sociales, pero quien haya tenido la suerte de ver el mediometraje La cabina sabrá que hoy se ha perdido a uno de los grandes actores españoles.

Siempre me ha gustado referirme a López Vázquez como uno de los mejores actores tragicómicos que ha dado nuestro cine. No es cosa mía, su filmografía, con 220 películas, rebosa una versátil carrera llena de obras maestras y alguna que otra película de bulto (pero ¿Qué actor no la tiene?). Nacido en 1922 frente al Cine Doré de Madrid en una de tantas familas pobres, López Vázquez llenó su juventud asistiendo a cuantas sesiones podía de su gran ídolo: Buster Keaton, quien "marcó mi destino", según comentaba el propio actor.

Efectivamente López Vázquez fue un gran humorista, con películas como Atraco a las tres, pero también supo sacar partido de una gran vena dramática. Debutó en la gran pantalla en 1951 y hasta hace apenas dos años no dejó de estar frente a las cámaras, la última vez con ¿Y tú quién eres? Actor fechite de Luís García Berlanga, con quien rodó diez películas, su popularidad no dejó de crecer cuando protagonizó cintas como El verdugo, Plácido, La trilogía nacional o La gran familia. Sin embargo, fue Mi querida señorita (1971)  la película que marcó un antes y un después en su trayectoria. Para los que solo le recuerdan persiguiendo alemanas habría que recordarles el mediometraje La cabina, una auténtica joya del surrealismo filmada por Antonio Mercero y que supone una extraordinaria metáfora de la represión de la dictadura franquista. Hollywood, fábrica que crea y ampara a los grandes, no perdió la vista a López Vázquez y cuando rodó la olvidada Viajes con mi tía (1972) con George Cukor, éste quiso llevárselo para EEUU.

Vázquez prefirió quedarse aquí, donde la admiración que le profesaban los espectadores de a pie contestaba a las críticas por sus cintas del destape. El Goya le llegó tarde, en 2005 y, como es costumbre en España, cuando ya estaba aquejado de la enfermad que hoy se lo ha llevado. Hace unas horas se ha marchado José Luis López Vázquez... y ya se le echa de menos.

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